Después de la sorpresiva intervención quirúrgica mediante la cual le practicaron un doble by-pass, el ídolo máximo de Independiente Ricardo Enrique Bochini, fue dado de alta ayer en la Fundación Favaloro y continuará su recuperación en su domicilio, en compañía de su esposa Graciela y sus hijos Simón Ricardo y Manuel Enrique.
La intervención de Bochini resultó un éxito total y ahora el Bocha deberá afrontar un proceso pos-operatorio de dos meses, el tiempo en que dura la cicatrización de la herida en el pecho. Por lo demás, su corazón está en perfecto estado y cuando reciba el alta física podrá realizar una vida normal, incluido lo que más le preocupaba al ídolo: volver a jugar al fútbol. "Me siento muy bien y muy contento por el afecto que una vez más me mostró la gente... es algo que no tiene precio", dijo a poco de dejar el sanatorio.
Bochini, de 54 años, sufrió un grave accidente automovilístico hace exactamente un mes, cuando su coche particular volcó en la ruta. Sin embargo, este hecho que pudo costarle la vida por la violencia del impacto, no sólo le produjo heridas leves sino que ahora puede considerarse que se la salvó.
En el accidente, el Bocha se dobló un tobillo, se cortó la cabeza y se golpeó las costillas. Fue internado en Zárate primero y en el sanatorio de los Arcos después, donde siempre se quejó del dolor en el pecho que en un principio se estimó consecuencia del choque.
Luego, y como le rebrotó un antiguo cuadro de arritmia, su médico personal Roberto Peidró decidió internarlo en la Fundación Favaloro donde, en el último electrocardiograma que le realizaron por precaución, se detectó una anomalía por la que Peidró decidió practicar un cateterismo con el se comprobó una severa obstrucción arterial.
Entonces, en una intervención de urgencia, se resolvió hacer el doble by-pass con el que Bocha quedó fuera de peligro. Esta obstrucción arterial sorprendió a los médicos que lo atendieron, por cuanto no entienden cómo el ex futbolista -que seguía jugando- logró gambetear esta afección sin consecuencias serias.
Durante su internación, además de una movilización de hinchas que fueron a alentarlo a la clínica, el Bocha contó con innumerable cantidad de visitas de amigos como Bertoni, Pedro Iso, Salvador Pasini y un desfile interminable de la mucha gente que además de admirarlo como futbolista aprendió a querer su calidez humana.
AHORA, LA CALLE
La ciudad de Avellaneda amaneció con varios afiches solicitándole al intendente de la ciudad, Cacho Alvarez, que promulgue el proyecto que ya fue tratado en el Concejo Deliberante, para bautizar los doscientos metros de la calle Cordero linderos con la ex Doble Visera de Cemento con el nombre de Ricardo Bochini. Se trata de una iniciativa llevada adelante por un grupo de socios que contó con una gran aceptación de parte de la ciudad.
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